“QUIEN SE APODERA DEL CARBUNCIO ROJO TENDRA EL ELIXIR DE LARGA VIDA LA MEDICINA UNIVERSAL Y EL PODER PARA TRANSMUTAR EL PLOMO EN ORO”


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DEDICATORIA
Dedico este curso de Educación Esotérica a la humanidad, y muy
especialmente a todos los desilusionados de escuelas, religiones, logias y
sectas; para ellos este curso de Auto-Educación Intima y verdadero saber
práctico.
Hay dos clases de Sabiduría: La Doctrina del ojo y la Doctrina del Corazón. La
Doctrina del ojo es para los que se contentan con teorías espiritualistas, y la
Doctrina del Corazón es para los Iniciados auténticos. A la Doctrina del ojo
pertenecen todos los miembros de las llamadas escuelas espiritualistas, y tan
variable es su concepto como lo es el parecer de los que escriben. A la
Doctrina del Corazón pertenecemos todos los Maestros de la Fraternidad
Universal Blanca, pues dentro de ella se encierran las verdades primievales de
la Sabiduría Única; la una nos llega por medio de la Deducción y la otra por
medio de la Intuición; la una la produce el Intelecto, la otra el Maestro Interno;
la una es humana, la otra es Divina.
La Doctrina del Ojo robustece la Mente, por ello la Mente Materia es la morada
del deseo: ella piensa, raciocina, analiza, saca conclusiones y conduce a la
acción errada; todo lo quiere resolver por sí misma, sin tener en cuenta para
nada la Voz del Maestro Interno. El Maestro Interno no analiza, ni razona, ni
discurre, sino que su voz es la Voz de la Intuición. La Doctrina del Corazón
abre las puertas de la sala de la Sabiduría.
Ya las escuelas dieron lo que debían dar; los centros de sabiduría se
convirtieron en aulas de negocio, cada una con su tiranuelo que prohíbe a sus
adeptos y dirigidos, que se lancen a la búsqueda del saber; aquí las
prohibiciones, allí las excomuniones y amenazas, y siempre van dejando para
mañana: ya la palabra de pase, el amuleto que salva, el non-plus-ultra,... de los
secretos que ninguna otra escuela posee, y estos ansiosos aguardan por
centurias los secuaces empedernidos. Nosotros no queremos idólatras de
amos, ni nos interesan los secuaces. Nosotros somos postes de indicación, así
que no se apeguen a nosotros, porque nuestra labor no es proselítica.
Indicamos con pensamiento lógico y concepto exacto el camino a seguir, para
que cada cual llegue hasta su Maestro Interno, el que mora en silencio dentro
de cada uno de ustedes. Les informamos que la sabiduría pertenece al Intimo
y que las Virtudes y los Dones no son asunto de poses ni de fingidas
mansedumbres, sino que ellas son realidades terribles, que nos convierten en
poderosos y gigantescos robles para que se estrellen contra nuestra recia
personalidad los vendavales del pensamiento; las amenazas de los
tenebrosos; la envidia de los tiranuelos, y la contumelia de los malvados.
Este curso es para todos los rebeldes de todas las escuelas; para los que no
contemporizan con amos; para los inconformes de todas las creencias; para
los que aún tienen algo de hombría y les queda en su corazón una chispa de
amor.
No nos interesan los dineros de nadie, ni nos entusiasman las cuotas, ni las
aulas de ladrillo, cemento o barro, porque somos asistentes conscientes a la
Catedral del Alma y sabemos que la Sabiduría es del Alma. Las adulaciones
nos fastidian; y las alabanzas sólo deben ser para nuestro Padre que ve en
secreto y nos vigila minuciosamente.
No andamos en busca de seguidores, sólo queremos que cada cual se siga a
sí mismo, a su propio Maestro Interno, a su sagrado Intimo, porque este es el
único que puede salvarnos y glorificarnos. Yo no sigo a nadie, por tanto nadie
debe seguirme a mí. Los hombres prodigan sabiduría humana y nuestro Padre
el Pan de Vida, la Verdad es que os hará libres. Aquel que lo sigue se
convierte en caudillo de sí mismo y en bienaventurado.
No queremos más comedias, ni más farsas, ni falsos misticismos y escuelas
falsas; ahora queremos realidades vivientes, prepararnos para ver, oír y palpar
la realidad de esas verdades. Empuñemos la Espada de la Voluntad para
romper todas las cadenas del mundo y nos lanzamos intrépidos a una batalla
terrible por la liberación, porque sabemos que la salvación está dentro del
hombre...
¡Adelante, vencedores! ¡Guerreros, a la batalla!
AUN WEOR


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